PUÑLADA TRAPERA

¡Qué cabrón, me has matado, qué fuerte! Tenía que ir al aeropuerto, no me jodas, macho, era una reunión de trabajo, llevaba semanas esperándola y me vienes a joder, matándome! No puedo creerlo. Hostia, qué triste, me veo ahí, tirado, apuñalado, no puedo moverme, no siento nada. ¿Y tú, hijo de puta? Ahí estás, boquiabierto, sin saber a dónde huir. No sabes lo que has hecho. ¿Qué pasará con mi madre cuando se entere? Hombre, si no era para tanto. De acuerdo, estabas enfadado, lo puedo entender, a todos nos puede venir un ataque de ira. A ti te llenaron la cabeza de mierda, pero una buena paliza hubiera sido suficiente, no había necesidad de llegar a tal extremo. Ahora ¿qué vas a hacer? ¿Y qué voy a hacer yo si ya nada puedo hacer?  ¿Piensas esconder mi cadáver, lo vas a dejar ahí botado a la mitad del camino? Te van a preguntar, de eso no te escaparás. Lo pagarás caro. La reputa hostia, quisiera llorar, qué joda, qué impotencia… No me has dado oportunidad de defenderme, me atacaste por la espalda. ¿Te parece que eso es justo, de valientes? Qué engreído eres, ¿te crees muy bravo, eh? Pues no lo eres, más bien eres un cobarde, eres rapiña, eres una bestia. Sé que me oyes, pero te haces el desentendido. Eso es, cabrón, mírame que aquí estoy. La verdad es que tienes miedo. Lo veo en tu cara. Imbécil, eres un imbécil. Ni me metí con tu chica ni le dije nada. No preguntaste, no aclaraste, simplemente me buscaste, me acechaste y me has apuñalado traicioneramente, desgraciado. ¡Joder! Y aunque me hubiera metido con ella, ¿eso amerita que me mates? ¡La mitad de la humanidad se tira un polvo a escondidas y no por eso se matan a puñaladas! ¿En verdad crees que un polvo es cosa del otro mundo? Eso es tener baja la auto estima. No sé que tanto le miras a mi cadáver, ¿vas a tener la desfachatez de robarme los diez euros que te vas a encontrar en mi bolsillo, además? Debería darte vergüenza. Has matado a un inocente, pelmazo, a alguien que ni se metía contigo. En todo caso, a quien deberías reclamar es a ella, a tu chica. ¿Porqué no le preguntas? A mí ni siquiera me veía. No te voy a negar que un día le quise hablar. Me miraba mucho y pues nada, ¿qué hace uno en esas circunstancias? La invité a salir de copas y me mandó a tomar por saco. Así como te lo digo. Pero no pienses que era por ti, so maricón, no, me mandó a freír espárragos ¡porque tu chica se estaba acostando con el Xavi!, que no conmigo. ¿A que al Xavi sí le tienes miedo, eh? ¿A él no le vas a matar, igual que a mí, con un puñal, por la espalda? Te despelleja antes que te le acerques, te corta los huevos y te los mete por la cuenca de los ojos,  te corta la lengua en pedacitos y hace que te los tragues, te hunde la cabeza en el fango hasta que te ahogues, no serías capaz ni de despeinar al Xavi, te lo digo yo. Me has matado sólo para sentir que has hecho algo por salvar  tu honor. No te servirá de nada, el honor lo tienes hecho polvo desde hace mucho, idiota, desde que tu chica te puso el cuerno con el Xavi, en tu presencia, en la fiesta de graduación, bailó con él y no contigo, lo besó en tus narices y tú sólo reías como estúpido, a la vista de todos tus conocidos, que se rieron de ti, estabas tan borracho que te reías con ellos sin saber que tú eras el motivo de las carcajadas, qué bruto eres, tío, no se puede ser más estúpido. Pero en el fondo te has de haber estado pudriendo, porque si no, ¿por qué me has venido a atacar a mí? ¿Yo qué puta culpa tengo, eh? ¡Dilo, no seas cobarde! ¿Y el Sergi qué tal, eh? ¿Lo perdonas porque es tu hermano, acaso? ¿Por qué te mantiene, so mamón? ¿Por qué es el que ha dado la cara cada vez que has metido la pata con una de tus mariconadas? ¿Porque te sabe tantos secretos que gracias a él no te desangran los intestinos en alguna cárcel clandestina? Todos sabíamos lo de tu chica con el Sergi, sabíamos lo del Xavi, incluyéndote a ti, no te hagas el inocente, pedazo de alcornoque, el Sergi hizo lo que quiso con tu chica, cuantas veces quiso, y no fuiste para decirle nada. Y me vienes a matar a mí. ¡Estás loco, macho!
            Mi cuerpo es más grande de lo que pensaba. Tú te ves más pequeño, joder, que yo era más grande que tú y no lo había notado. Estás angustiado, desde donde estoy, se puede ver lo arrepentido que estás. Al menos eso. Tendrás que ir a decirle a mi madre que me has matado por la espalda porque te fueron a decir que yo me metí con tu chica y que al final resultó que no era cierto, es lo menos que puedes hacer por mí. Mírame, idiota, aquí estoy y tampoco sé porqué puedo dirigirme a ti, sé menos que tú, ni siquiera sé dónde estoy ni de dónde te hablo, sólo sé que me veo ahí tirado, muerto. Ciérrame los ojos, no seas inhumano. Eso es, que te dé miedo mi mirada. Ahora tírame de los pies y sácame del camino. Puede venir un coche y verme. Siento pudor, es horrible estar muerto y que alguien me vea, tápame, cabrón. Quítate la chaqueta. Eso es. ¿Y ahora qué? ¿Me vas a dejar tirado ahí, en los matorrales? ¿No se te ocurre algo más? Camina, eso es. Tienes las manos manchadas de sangre, de mi sangre, voy a hacer todo lo que pueda para descubrirte, ya verás. Camina más rápido, olvídate de mí que yo me encargo, mi cuerpo ya no vale nada para mí… aunque pensándolo bien, me sirve, me sirve para delatarte, para que te pillen.
            Voy detrás de ti. No importa qué tan rápido vayas, voy contigo. Sé que te arrepentiste, se te quitó la borrachera con el susto. Es la segunda vez que matas a alguien, ahora lo sé. Mataste a Nicanor cuando asaltaron la charcutería, lo mataste para no correr riesgos. Y todos creímos tu versión, que lo encontraste muerto, que ibas a defenderlo, no a asaltarlo. Me cago en la hostia, macho, venir a enterarme de tu vida aquí, no puedo creerlo. ¿Sabes algo? Seré tu sombra, seré tu ángel negro, cabrón, haré que te equivoques en todo y te voy a esperar el tiempo que sea necesario, hijo de la gran puta, te esperaré aquí hasta que mueras, no me importa estar contigo todos los años que te queden de vida en tu celda, voy a hacer que te violen, que te torturen, que te hagan la vida miserable, al menos tendrás vida hasta que te maten y entonces sí, te las verás aquí conmigo, ya verás, me voy a vengar.
            Ya estás en tu casa. Qué coñazo, te importó un rábano dejar mi cadáver en el llano, ya ni te acuerdas dónde. Eso es, dúchate, quema tus ropas, deshazte de todas las evidencias, de todos maneras se sabrá lo que hiciste, te lo digo yo. Porque recuérdalo bien, miserable, te esperaré, ya sea que vivas uno o cien años más, te recordaré todos los días que me has matado, seré yo quien te hable cada vez que te mires al espejo, no soportarás la vida y terminarás matándote a ti también, y entonces te las vas a ver conmigo.
            Aquí te espero.

2 comentarios:

Elena Mateu dijo...

Dioses, qué fuerte.

Mercedes Ridocci dijo...

¡Tengo el corazón encogido!
Creo que no me va a sentar bien el café que me estoy tomando. Me llevaré una antiácido a la escuela.
Muy bueno, de VERDAD.