09. PEGGY MARTINEZ, SIN ACENTO EN LA I

Peggy L. Martínez es buena persona, me gusta mucho su sonrisa. Tiene unos 35 años y hace un año se divorció. Fue una tragedia dramática en la oficina, pues resulta que su marido, Scott, un canadiense tranquilo y silencioso, resultó ser homosexual y vino a descubrirlo después de varios años de casado con Peggy. No tienen hijos. Han de decir que quién soy yo para andar divulgando las intimidades de otros, pero bah... a estas alturas, qué más da. De mí hablan hasta lo que no y creo que a Peggy le hace bien que se hable de su situación, ella misma lo hace en los chats a los que entra. porque aquí entre nos, Peggy chatea mucho. Ya le he dicho que haga su blog, le pareció gracioso. 

Peggy es muy rubia. Se parece a Sissy Spacek, sólo que Peggy ahora usa el cabello muy corto y tiene varios piercings en la cara: uno en el labio superior y otro en la ceja izquierda. La semana pasada mostró su tatuaje: una mariposa pequeña, en la cadera. Yo creo que los tatuajes y los piercings le han de reconfortar, porque mientras estuvo casada con Scott, era mucho más conservadora.

Últimamente, Peggy me pone nervioso. Ha adoptado la costumbre de no usar sostén. Cuando está en la calle no se nota, pues va muy abrigada, pero en la oficina, cuando se quita abrigos y suéteres, se nota muchísimo. Sé que no soy el único al que le tiemblan las piernas.

Pero no me hago ilusiones ni me hago expectativas.

1 comentario:

Mercedes Ridocci dijo...

Pero como le trae Peggy. Está bien, es un consuelo aunque no se haga ilusiones.

Estoy pensando si no estaré leyendo esta historia al revés. Se me ha ocurrido pensar que quizá empiece por abajo y no por arriba.
Bueno, un día que tenga tiempo lo investigaré,